La picota del Valle del Jerte es una variedad de cereza más tardía, con un sabor característico y único, diferente al de otras cerezas, y único en el Jerte. Es más crujiente y sabrosa porque madura expuesta al sol durante más tiempo.
Picota del Jerte
Recorrer los pueblos, las montañas y el valle del Jerte, sobre todo en primavera y en los meses de junio y julio, es gozar de un paraíso natural de flores blancas y frutos rojos.
Un valle que a primera vista sobresalta en un paisaje extremeño que suponemos lleno de dehesas, y donde no esperábamos encontrar altas montañas cubiertas de castaños, olivos, vides y cerezos.
La joya del Valle del Jerte es la cereza, en concreto, la picota, un tipo único de cereza diferente al resto. Se caracteriza porque su pedúnculo se queda prendido de forma natural en el árbol durante la recolección.
Las picota del Valle del Jerte es una variedad de cereza más tardía, con un sabor característico y único, diferente al de otras cerezas. Es más sabrosa porque madura expuesta al sol durante más tiempo. También es más crujiente que otras cerezas y su tamaño es menor.
Las picotas se recolectan a mano una a una con delicadeza, se depositan en una cesta y se clasifican por tamaño. Son originarias y exclusivas del Valle del Jerte y tienen denominación de origen protegida, lo que garantiza su calidad y autenticidad
A nosotros nos llegan sólo un día después de haber estado suspendidas en el árbol y con el sello de calidad de la Denominación de Origen Protegido “Cereza del Jerte” gracias a la Agrupación de Cooperativas del Valle del Jerte.